
El amoníaco o amoníaco es un gas que, disuelto en agua, puede usarse en infinidad de casos, singularmente como limpiador del hogar. Sus propiedades lo transforman en un producto muy apropiado para quitar suciedad y máculas de numerosas superficies. De esta forma, el amoníaco es ideal atacar los pegotes o las suciedades amontonadas de suelos y muebles hechos de baldosa, linóleo y otros materiales.
Ahora bien, ¿qué géneros de suciedades pueden limpiarse con el amoníaco y de qué manera se usa? Más allá de sus usos en la limpieza del hogar, ¿para qué exactamente vale el amoníaco? En Sabioz, vamos a contarte 10 usos del amoníaco para que puedas aprovechar sus propiedades en tu cada día y hacerte la vida más simple. ¡Continúa leyendo y comencemos!
Para qué sirve el amoníaco
El amoníaco, también conocido como gas de amonio, es un compuesto químico derivado del ázoe. La fórmula del amoníaco es NH3 y esta sustancia se identifica por tener un olor realmente fuerte que resulta desapacible al percibirlo. Además de ser empleado en muchos productos de limpieza, donde se usa en estado líquido, el amoníaco sirve para:
- Fertilizar suelos
- Desengrasar y desinficionar
- Limpiar textiles y calzados
- Tratar picaduras de animales
- Eliminar malos olores
- Cambiar los tonos de la madera
- Crear gases refrigerantes en aires acondicionados
- Purificar aguas residuales
- Fabricar plásticos, lonas, tinturas, entre otros productos químicos
- Elaborar fármacos
Como ves, el amoníaco también cuenta con muchos otros usos industriales, pues sirve como refrigerante y como comburente, como también sirve para quitar la polución de óxidos de ázoe, para destruir bacterias en los comestibles y para inspeccionar procesos de fermentación.
En muchos casos, el amoníaco no puede usarse de modo familiar debido a su toxicidad. En este sentido, es esencial que tengas presente que el amoníaco, mezclado con ciertas substancias como la lejía, puede generar gases muy peligrosos para la salud. Te contamos un tanto más al respecto en nuestro artículo Qué pasa si juntas lejía y amoníaco. Asimismo, el amoníaco es peligroso para organismos acuáticos, pues estos no cuentan con el mecanismo que, en los humanos, ayuda evitar su concentración en la sangre. Por tanto, es peligroso para el ambiente.
Amoniaco: un excelente desengrasante
Uno de usos familiares del amoníaco más conocidos es como desengrasante, pues es un limpiador muy efectivo para absorber las máculas y salpicaduras de grasa de los fogones o la vitrocerámica, como también de las encimeras y baldosas.
Del mismo modo, podemos emplear el amoníaco diluido en agua para adecentar el horno. Es común localizar grasas o restos de comida quemada dentro de este género de electrodométicos, con lo que el amoníaco es excelente para ablandar la suciedad y hacer la limpieza sensiblemente más simple.
Asimismo, si tienes platos con mucha grasa y no sabes de qué manera hacer para despegarla, puedes mezclar unas gotas de amoníaco con agua. Limpia el plato y entonces enjuágalo con agua y jabón, verás que es sensiblemente más simple dejar tus platos limpios.

El amoníaco en la agricultura
La mayor parte del amoníaco empleado en el planeta es para la industria agrícola, pues es un factor clave de los fertilizantes, donde se encuentra en forma de amoníaco anhidro, sin agua. Debido a que el amoníaco es un derivado del ázoe, este aumenta los niveles de ázoe en el suelo.
De esta forma, ayuda a acrecentar el desempeño de los cultivos como el maíz y el trigo. La aplicación es gaseosa y es más eficaz en suelos realmente bien labrados y con buenos espacios de aire.
Atención: esto no quiere decir que los productos de limpieza con amoníaco pueden usarse para regar las plantas familiares. El amoníaco diluido en agua forma una sustancia que es tóxica para las plantas y que, con el tiempo, va a secar los suelos y provocará sus muertes. En nuestro artículo Cómo hacer fertilizante casero te mostramos formas naturales de acudir a tus plantas a crecer sanas.

Otros usos industriales del amoníaco
El amoníaco también tiene muchos usos en la industria química. En su forma gaseosa, se usa como gas refrigerante para sostener el frío y desvanecer el calor en aires acondicionados, como también en espacios de refrigeración de comestibles. Por ser un derivado del ázoe, el amoníaco también sirve para generar hielo.
Además, el amoníaco es empleado para la producción de ácido nítrico, un compuesto empleado en la fabricación de fármacos, resinas, plásticos y explosivos. En otras industrias, es empleado como base para realizar textiles y metales.
El amoníaco en la limpieza de vidrios y cristales
Otra de las aplicaciones del amoníaco en la limpieza del hogar es la de emplearlo para adecentar vidrios. Es recomendable adecentar las ventanas y espéculos con amoníaco para conseguir una limpieza sin parangón y devolverles el brillo. Con este producto, será simple retirar todo género de máculas y huellas, para de esta forma conseguir unos cristales refulgentes en solo un momento. Puedes ver más consejos como este en nuestro artículo sobre Trucos para adecentar cristales.
Cada vez que emplees el amoníaco para adecentar el hogar, no olvides emplear guantes, ya que puede resultar abrasivo para la piel. Al menos que sea un limpiavidrios con base de amoníaco, vas a deber diluirlo en tres partes de agua para emplearlo.
El amoníaco para desinficionar y adecentar baños
En esta lista de usos del amoníaco, no puede faltar su eficiencia en la limpieza de baños, pues actúa de manera eficaz en baldosas y azulejos, retirando las suciedades y ayudando a sostener las paredes alicatadas limpias y refulgentes por un buen tiempo. Además, el amoníaco desinficiona y esexcelente para quitar máculas de moho y de óxido, muy habituales en los baños.
Es común emplear lejía para adecentar los baños, con lo que ten mucho cuidado de no mezclar las dos substancias mientras que limpias el baño.
En nuestro artículo Cómo emplear el amoníaco para adecentar te damos considerablemente más consejos y también instrucciones para que lo emplees adecuadamente.

Amoniaco en la madera
El amoníaco diluido en agua se usa también como limpiador de suelos y muebles de madera. No obstante, no puede usarse a la ligera. El amoníaco también se usa para quitar el barniz o las capas de pintura en la madera, con lo que debes cerciorarte de que la madera que vayas a adecentar no esté embarnizada.
Si no estás seguro, puedes humectar un paño con un tanto de amoníaco diluido en agua. Intenta adecentar una sección pequeña de la madera como prueba y observa si cambia el tono de la misma. Si quieres conocer más sobre Cómo emplear amoníaco para la madera adecuadamente, haz clic en el enlace y visita nuestro artículo al respecto.
El amoníaco también se usa para obscurecer la madera del roble, pues el compuesto reacciona con los taninos de la madera y provocan cambios en su coloración, haciéndola más obscura.
Amoniaco para lavar la ropa y el calzado
Puesto que el amoníaco también es capaz de quitar máculas sobre los tejidos, este también es empleado en la limpieza de la ropa y el calzado. Por ejemplo, es posible quitar máculas de vino con amoníaco, aunque no todos los géneros de lonas son resistentes al amoníaco. Por ello, es esencial que pruebes en alguna zona no observable de la prenda para no estropearla.
Si compruebas que puedes lavar tu ropa con amoníaco, puedes mezclar un tanto de amoníaco con limpiador o meter un chorrito en la lavadora al momento de comenzar el ciclo de lavado. No lo mezcles con lejía.
El amoníaco también es empleado para adecentar calzados, sobre todo aquellos hechos de materiales que no aceptan lavado. Para adecentar los zapatos con amoníaco, vas a deber diluirlo en una mezcla de agua y jabón. De esta forma, podrás adecentar zapatillas deportivas o zapatos más frágiles como las alpargatas.
Amoniaco en la limpieza de alfombras
Como hemos dicho antes, el amoníaco es capaz de quitar máculas en tejidos. Por esa razón, otro de los usos del amoníaco es la limpieza de alfombras y moquetas, pues ataca de manera eficaz la suciedad en los tejidos gruesos de este género, algo que resulta realmente útil cuando se vierten líquidos sobre las alfombras.
En este caso, la mejor forma de adecentar una alfombra con amoníaco es emplear un pulverizador o aerosol para aplicar el amoníaco anteriormente diluido en agua. Aplícalo sobre la mancha que quieres quitar y restriega hasta el momento en que se borre por completo.

Amoniaco para las picaduras de animales
El amoníaco es un conocido aséptico, con lo que puede acudir a calmar la picazón y el ardor de picaduras de insectos como las avispas. Debido a su pH básico, el amoníaco actúa anulando el ácido de la picadura. Por esta razón, es súper esencial que se aplique justo tras que la picadura haya ocurrido.
Antes de aplicar el amoníaco sobre la picadura, examina que no queden rastros de aguijones y lava la zona con agua y jabón. Diluye el amoníaco en agua y aplica una compresa sobre la herida.
El amoníaco también es útil para picaduras de medusas y, de esta forma como el vinagre, es un antídoto casero sensiblemente más recomendado que otros como la orina.
El amoníaco para quitar los malos olores
El amoníaco también es muy apropiado para quitar olores, como el olor a humedad o moho que acostumbra a adherirse a los tejidos como los harapos de cocina o las toallas de baño.
Para emplearlo, vas a deber agregar un tanto de amoníaco al agua de lavado. Sentirás como los olores desapacibles desaparecerán. Asimismo, el amoníaco también puede usarse como sustituto del suavizante, pues ayuda a reducir la electricidad estática.
Si quieres leer más artículos similares a 10 usos del amoníaco, te invitamos a que entres en nuestra categoría de Limpieza del hogar.