
Si te has marcado un propósito, da igual el que sea, la constancia es clave para lograrlo. Si quieres parar de fumar, aprender inglés, ir al gimnasio, perder peso o convertirte en un trabajador mejor, la constancia es tu mejor aliada. Una de las claves para ser muy frecuente es estar motivado para cumplir con tu objetivo pues si no tienes una motivación clara que te lleve a lograrlo es difícil que lo alcances. Por eso, en Sabioz te explicaremos de qué forma aprender a ser muy frecuente.
Un objetivo realmente motivador. Lo primero que precisas para ser muy frecuente es buen motivo, fijarte un propósito que realmente quieres cumplir. Si tienes buenas razones para lograrlo, estarás más motivado para alcanzarlo y mantendrás la motivación cada día. Igual es un tanto repetitivo pero para ser muy frecuente debes tener realmente claro lo que quieres, un propósito que te despierte emociones o sentimientos positivos.
Debes ser realista y fijar objetivos que puedas conseguir con los recursos que tienes a tu predisposición.
Para ser muy frecuente precisas un ambiente recomendable. Si el ambiente que te circunda es negativo, es realmente difícil que aprendas a ser muy frecuente. Este paso tiene dos aspectos determinantes: por un lado, resulta necesario que cuentes con el apoyo de personas de confianza, ese alguien que siempre y en toda circunstancia esté ahí para ofrecerte sus consejos, corregirte o animarte en los momentos de duda; por la otra, precisas ese ambiente favorezco para que seas muy frecuente.
Si quieres ser muy frecuente debes llevar un seguimiento de los beneficios. Por ejemplo, si empiezas una dieta, controla tu peso de manera regular; si has decidido comenzar a correr, poquito a poco vas a apreciar que puedes hacer más quilómetros, si dejas de fumar vas a apreciar los beneficios en tu cada día.
Si llevas un registro con todos esos beneficios, en los momentos de duda o de bajonazo tendrás una razón más para proseguirse adelante y no lanzar la toalla. Un diario es buena herramienta para realizar ese seguimiento y vas a deber ser muy frecuente en tus actualizaciones.

Ser muy frecuente y divertirse no están reñidos. Por ejemplo, si te aburre salir a correr solo seguro que conoces a alguien que esté preparado a acompañarte, o intenta hacer otro deporte (futbol, bicicleta, natación…); si haces dieta, implica a tu familia para mejorar vuestros hábitos alimenticios. Los nuevos hábitos que incluyas en tu rutina deben ser motivadores y amenos, algo que te guste. De lo opuesto, te resultará más difícil ser muy frecuente.
No hay excusas que valgan. En momentos de duda o debilidad tendemos a autoengañarnos con excusas que no llevan a parte alguna. Una de las claves de la constancia es dejar atrás esas excusas y centrarnos en nuestro objetivo. La falta de tiempo, el cansancio, el frío… son ciertas de las peores excusas a las que podemos recurrir, con lo que intenta sortearlas.
A medida que termines con ellas te darás cuenta que es más simple ser muy frecuente y tu satisfacción será mayor al dejar atrás esas excusas. En Sabioz te damos claves para poder estar motivado para estudiar, estar motivado para adelgazar y estar motivado para hacer ejercicio.

Si quieres leer más artículos similares a Cómo aprender a ser muy frecuente, te invitamos a que entres en nuestra categoría de Formación.