
¿Te has encontrado una golondrina herida en la calle y no sabes qué hacer? La golondrina es una ave silvestre, se distingue por sus alas puntiagudas y alargadas, su cabeza redonda y sus patas pequeñas. Lo mejor que puedes hacer si hallas una golondrina herida es llevarla al veterinario o llamar a una protectora de animales para que se encarguen de ella y puedan curarla. Sin embargo, si no puedes contactar con ningún especialista o si quieres realizar los primeros auxilios, debes proseguirse unas pautas para hacerlo apropiadamente. En Sabioz.com te contamos de qué manera cuidar de una golondrina herida.
No es extraño hallar aves malheridas (muchas que no pueden volar) en las terrazas de nuestras casas o en la vía pública. Los motivos habitúan a ser múltiples: heridas por piedras o armas de fuego, intoxicaciones o golpes contra cables y/o ventanas. Muchas veces son crías anémicas y desecadas. Primero de todo, tenemos que ser conscientes de que estas aves son silvestres y no serán nuestra mascota. Una vez terminada su rehabilitación, debe volver a su medio frecuente con los de su especie.
Al encontrarnos con una golondrina herida se pueden dar dos circunstancias:
- La golondrina está muy desgastada, no come ni toma y no se mueve.
- La golondrina se para y aunque está débil, come sola.
Ante la primera situación, debemos consultar inmediatamente con el veterinario o la protectora. A veces, cuando no tenemos los medios suficientes para sanar, es esencial delegar la labor a especialistas. En el segundo caso, con una dieta recomendable hay muchas posibilidades de que se recupere.
Si tu golondrina está débil pero come, estas indicaciones te ayudarán a acomodar a tu nueva inquilina en casa.
- Ponla en una caja no superior a cuatro veces su tamaño (y sin tapa).
- Ubica la caja en un lugar apacible y caluroso, sin sol directo ni aire acondicionado o calefacción.
- Cubre la caja con una tela, así eludimos que coja agobio.
- Evita tocar la golondrina, así puedes prevenir fracturas involuntarias o mucho peor, que si es una cría, se impronte. Es decir, que te reconozca como a miembro de su especie y eso dificulte su integración de nuevo a su medio.
- No le pongas lonas ni harapos en la caja, pues se podría fracturar las alas o las patas.
Ahora llega el momento de observarla:
- Mira si le faltan plumas de las alas o de la cola o si están cortadas.
- Observa si tiene magulles o heridas.
- Intenta que tome agua con pequeñas dosis de glucosa -agua con glucolín o miel- (con una jeringa). Sobre todo, no le pongas la cabeza cara atrás, se podría ahogar.
- Toca su quilla (pecho) para saber si presenta desnutrición. En en caso de ser así, le vas a apreciar los huesos de forma fácil.
Si presenta heridas o magulles, la cosa se dificulta. Un ala rota y mal curada puede provocar que nuestra golondrina no vuelva nunca a volar. Si tiene heridas superficiales, puedes desinfectarlas con betadine. Sin embargo, si la herida es más grave, es recomendable inmovilizar el ala con un vendaje y además ir al veterinario.
Para darle de comer y valorar su evolución, sería recomendable pesar a la golondrina. Y su comida se la daremos en raciones de un 10% de su peso. Las tomas dependen de la edad de la golondrina. Si es una cría, vas a deber nutrirla cada 3-4 horas y si ya es adulta, cada 6-7 horas es suficiente. En el próximo artículos puedes ver más detalles sobre Cómo nutrir a una cría de golondrina.
Los comestibles ideales para las crías son mezclas de cereales para bebés, huevo duro picado, balanceado para pollos o pan integral. Podemos picar los comestibles o hacer una papilla con agua. Añadir a la dieta un complejo vitamínico (bajo prescripción médica) ayudará a nuestra golondrina. En el caso de una golondrina adulta, al lado del balanceado para pollos y las vitaminas, le podemos dar insectos.
Si hemos curado a la golondrina, llega la hora de su liberación. Escoge un lugar que reúna las condiciones precisas para su vida silvestre.
De todos modos, acoger a un animal herido en casa sin saber su procedencia puede tener sus consecuencias, puede tener enfermedades infecciosas. Hay unas enfermedades llamadas zoonóticas que son las que los animales nos pueden contagiar (singularmente si somos personas inmunodeficientes, mayores y pequeños).
En Sabioz.com queremos ser cautos en este aspecto, por eso, te animamos a cuidar de la golondrina tras haber ido al veterinario y que este te de un diagnóstico y te asegure que tu salud y la de tu ambiente no corra riesgo.
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