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Cómo cuidar la lavanda: casa, invierno y maceta

8 junio, 2022
Cómo cuidar la lavanda: casa, invierno y maceta

¿Quieres cultivar lavanda en casa y no sabes qué cuidados requiere? Esta planta aromatizada es muy simple de sostener y, además de esto de su intenso y propio olor, ofrece un sinfín de propiedades ventajosas que podrás aprovechar. Es por esta razón que en el artículo de Sabioz queremos explicarte detalladamente de qué forma cuidar la lavanda para que luzca preciosa en tu hogar.

Pasos a proseguirse:

En primer lugar, resulta necesario resaltar que la lavanda o espliego es un arbusto silvestre, de forma que si optamos por plantar lavanda en casa serán poquísimos los cuidados que requerirá esta mata. De este modo, podrás favorecerte de todas las propiedades de la lavanda y emplearla en sus múltiples usos cosméticos y relacionados con la salud.

El suelo que quiere la lavanda es semi arenisco. En tiempos templados (Argentina, Chile, Uruguay) andará bien con una mezcla aproximada de 3 partes de tierra y 1 de arena; en tiempos más cálidos (Perú, Bolivia, Brasil, Centro América, España, México) acostumbra a aconsejarse más la proporción de 3 partes de tierra y 2 partes de arena gruesa y 1 una parte de arena fina.

Si vas a plantar en tierra, directamente al suelo, lo mejor es ablandar con zapa un espacio de 50x50cm y 30cm de profundidad, allá realizar la mezcla. Primero debes revisar con la yema de tus dedos la textura y brillo: ahí identificarás en seco y a penas un tanto de humedad, si tu tierra tiene ya por sí algo de arena o arcilla en su composición natural. Ten en cuenta este veloz análisis para amoldar la mezcla. En cambio, si plantarás en una maceta, intenta emplear las cantidades aproximadas que menté más arriba.

Especialmente vas a deber extraer todas las ramas y piedras que haya en ese espacio, a demás de rompes terrones que hayan quedado. Así procederemos ahora, a fertilizar el terreno de trasplante con ciertas siguientes técnicas (solo vas a deber seleccionar una):

  • Residuos orgánicos: pon en la base del pozo determinados restos crudos de fruta y verdura que te hayan quedado al preparar el alimento, especialmente las cascarillas. Evita las semillas, ya que no queremos salgan plantas de otro tipo, y además intenta no incluir sus jugos (preferiblemente enjuagar las cascarillas anteriormente). También se puede incluir cascarilla de huevo picada, la aplastas un tanto con los dedos y la rompes en pequeños pedazos.
  • Preparados químicos: los hay de muchas clases y se venden en determinados negocios de jardinería o el área de plantas que hay en supermercados. Vienen determinados granulados o geles que se pueden poner directamente en la base del pozo, otros en líquido que se deben preparar para hacer el primer riego. Deberás leer realmente bien la instrucciones del envoltorio y tener mucho cuidado ya que determinados pueden ser tóxicos.
Cómo cuidar la lavanda: casa, invierno y maceta - Paso 2

Del mismo modo, para cuidar adecuadamente tu planta de lavanda, vas a deber asegurarte en todo momento de que cuenta con un sistema de drenaje recomendable y en perfectas condiciones; es por esta razón que se aconsejan sustratos secos y areniscos que no retengan agua. Y es que esta planta precisa poco riego y, por ende, vas a deber evitar en todo momento el encharcamiento del agua, de lo opuesto, las raíces se pudrirían y terminarías así con el arbusto. Así pues, será muy esencial además la ubicación que elijas para cultivar la lavanda, pues precisa de rebosante sol para crecer adecuadamente.

Como comentamos, en el momento de regar la lavanda no vas a deber excederte nunca, pues es una planta de terrenos secos y soporta realmente bien la sequía. Así pues, será suficiente el riego semanal y siempre y en todo momento vas a deber cerciorarte de que la tierra se ha secado desde la última vez que le echaste agua.

Cómo cuidar la lavanda: casa, invierno y maceta - Paso 4

Por otro lado, será muy esencial que la lavanda disponga de suficiente espacio para crecer, de forma que si la has plantado directamente en el suelo de tu jardín o huerto, deberá tener una extensión de terreno notable por el que esparcirse. En el caso de la lavanda en maceta, podrás trasplantarla a una maceta de mayores dimensiones si la que tiene es demasiado pequeña.

Entre los cuidados de la lavanda, cabe resaltar además la poda del arbusto para conseguir que medre más fuerte. Así pues, será preciso podar la lavanda tras la época de floración que, aunque puede cambiar, acostumbra a generarse entre primavera y verano. De este modo, conseguiremos retirar todas aquellas ramas secas o estropeadas y, por su lado, que las próximas flores medren sensiblemente más sanas.

Cómo cuidar la lavanda: casa, invierno y maceta - Paso 6

Si quieres transplantar la lavanda hay múltiples opciones si la tienes en plantín, simplemente romper o recortar la maceta en donde viene ya de su adquiere, apoyarla en el pozo realizado y buscar con la tierra extraída y la mezcla realizada que quede a una altura recomendable: ni muy profunda, ni muy por sobre el nivel de suelo. Eso por lo general se mide observando el tallo o tronco, donde está la tierra que trae de antemano y a penas unos dos dedos más alta que eso.

Cubrir el hueco con la mezcla y sin machacar, acomodar suavemente con los dedos esparciendo de forma pareja por todo donde fuera preciso. Si falta tierra, puedes emplear la que había anteriormente allá, sin especificar entremezclarla con más arena.

Recuerda dejar hecha «la taza», esa forma que se da con una canaleta de determinados centímetros de profundidad en rededor, para que pueda acumular el agua re diego y lluvia y amborverla adecuadamente. La regla que yo utilizo es: sobre el tronco y tallo de la planta, debe quedar un montículo de tierra que lo cubra y de firmeza, puedes presionarlo con tus manos para que compacte. Luego, o biennos 30 hasta los 50cm donde habíamos demarcado el terreno de trasplante, una canaleta de no más de 5cm de profundidad, bien minuciosa y intentando la tierra quede suelta. Si nos sobró mezcla o tierra, hacer un reborde exterior a todo eso.

Cabe resaltar que la recolección de flores de lavanda está recomendada desde la segunda floración del arbusto o mata. Así mismo, en el momento de secar plantas de lavanda, será esencial que las cortes durante días secos y las pongas bocabajo en un lugar sombrío; después podrás guardar la lavanda en botes para usarla cuando precises.

De esta forma, podrás aprovechar la lavanda cultivada en casa para preparar infinidad de antídotos caseros y productos de cosmética que te ayudarán a mantenerte brillante: Cómo hacer agua de lavanda, Cómo hacer aceite de lavanda casero, Cómo hacer jabón de lavanda casero

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Consejos
  • La primera semana regar de noche tarde o a primera hora, suficiente agua para atestar la cazuela y sin humectar las hojas ni el tronco. Si es verano en zonas cálidas, se puede fortalecer con un riego a media tarde, pero no tan rebosante. La segunda semana, regarar en menor cantidad, ir reduciendo poquito a poco la frecuencia: día por medio, cada tres días y así.
  • La lavanda para que se desarrolle saludable y tenga aroma fuerte, buenas flores y un color vivo, es mejor regar solo un par de veces a la semana.
  • En temporadas de rebosante sol y calor, si ves que se vuelve opaca (más de su color propio normal, que por sí ya lo es), rociala suavemente con un tanto de agua para que refresque y limpie su follaje, pero solo un tanto, limitadamente.
  • En invierno ni lo pienses, eso hará que con el frío se congelen sus hojas y muera.
  • En temporada de floración es bueno regarla con el agua donde hayas hervido dos huevos, al menos cada 15 días; igual que poner determinados clavos de hierro pequeños en la mezcla de tierra para que aporten estos minerales (calcio por los huevos y hierro por el óxido que se formará).
  • La lavanda es una planta que resiste realmente bien las altas temperaturas, pero si vas viendo que marchita o pierde color, tal vez necesite un tanto de agua ayudar, presta atención, en singular en temporadas donde comienza la floración vernal.
  • Remueve su tierra al comenzar el otoño, en los últimos calores de verano. Allí puedes sumar un tanto de mantillo o tierra negra de compost para dicionar nutrientes en la etapa invernal, sin olvidar que vas a deber sumar además una porción de arena gruesa además. Durante los fríos invernales debes reducir al máximo el riego, solo haciéndolo en el caso de días cálidos que pueda haber y mucho sol. Solo riega con un vaso o dos de agua, sin que toque las hojas ni el tronco. Yo personalmente las riego una vez al mes. Promediando el invierno, corta solo las hojas de más abajo que puedan estar mustias o ya secas; igual que las flores que hayan quedado secas de la época precedente. No es recomendable darle forma tal como si fuera un arbusto, si todavía así quieres podar más, intenta hacerlo en la parte externa de la planta y no muy cerca de los leños y ramas principales (las más gruesas). Durante el resto del año, mejor no tocarla, salvo alguna ramita o flor que querramos sacar para aromatizar, deberemos escogerlas cuidadosamente. Mímala, no la tengas sola en la mitad del jardín. Es una planta que precisa otras en rededor, ya que las avejas son una fuente de polinización muy esencial, y si está sola, dificilmente atraiga muchas avejas como precisa. Esta polinización provee mayor floración y desarrollo, cosas de la biología. Si vas a plantar múltiples lavanda, intenta que tengas espacio suficiente entre ellas. La regla que empleo yo y describen determinados manuales de botánica es, al menos,