
Jugar a los dardos es tan adictivo como entretenido. Pero no nos confundamos, ya que no por eso es un juego fácil, a la inversa. Pulir la técnica lleva mucho tiempo…
Para aprender a tirar dardos hay que dedicarle mucho tiempo al juego en si mismo, como además ver la técnica de los profesionales para ir incorporando movimientos y estilos.
Técnica de lanzamiento de dardos
El siguiente es fundamentalmente el movimiento que todos los tiradores profesionales de dardos usan para lanzarlos, es fundamentalmente un movimiento que intenta emplear la curvatura de un lanzamiento de proyectil y el brazo como palanca (con el codo como base).

La técnica del lanzamiento de dardos
Mira como la mano, de esta forma como el antebrazo se vuelcan cara atrás antes del lanzamiento y entonces salen disparadas como una catapulta cuando sale el dardo disparado cara el blanco.
¿No es realmente simple, verdad?
Sigamos con las recomendaciones, un tanto teóricas pero bien interesantes. En este caso te aconsejo un artículo fabuloso sobre dardos, donde se explican las básicas del lanzamiento de dardos con un tanto pero de teoría.
Para conseguir esta mecánica debemos siempre y en todo momento tomar una referencia fija en la línea de tiro, o bien con las marcas específicas que ciertas llevan con este fin, o bien haciendo nosotros mismos una señal, que nos señalará donde debemos situar el pié adelantado o de apoyo. Este es el paso inicial cara la precisión. Recurriendo al refranero, podríamos adoptar el de «No se puede comenzar la casa por el tejado», que trasladado al mundo dardero sería «No se puede comenzar acertando al triple 20», salvo por casualidad. No nos engañemos; al principio nos pueden salir ciertas tiradas muy, muy buenas y además incluso partidas enteras en las que logremos cerrar en pocas rondas, consiguiendo un P.P.D. (Puntuación Media por Dardo) bastante alto, pero debemos tocar de pies en el suelo y reconocer que nuestro nivel frecuente es bastante inferior.
Este reconocimiento, de esta forma como una dosis de modestia, evitará que nos relajemos y nos sostendrá motivados para proseguirse entrenando y mejorar cada día. Una vez hayamos conseguido una mecánica de lanzamiento suficientemente repetitiva, vamos a deber satisfacernos con conseguir que nuestros dardos acaben agrupados tras cada tres lanzamientos, siendo más esencial la agrupación en sí, que el campo de la diana donde se hayan agrupado.
Una vez logremos este segundo paso, iremos mejorando la precisión con ligerísimas correcciones en la altura del brazo o en el giro del cuerpo. Pensad que cualquier alteración en la situación del brazo o mano, por pequeña que esta sea, se verá multiplicada tras que el dardo haya recorrido la distancia hasta la diana, y recordad que nuestro objetivo siempre y en todo momento es una zona pequeñísima.
Tampoco hay una regla «absoluta» que nos indique una sola y exclusiva forma de coger el dardo, aunque la más razonable es con el dedo pulgar y el corazón, ayudados además con el índice, cancelar y a veces, hasta el dedo meñique. El pulgar se situaría bajo el dardo, en el punto de equilibrio de este, el corazón por encima y minimamente más adelantado que el pulgar. Cuando logremos una repetitividad realmente buena, podemos dedicarnos a desplazar un tanto los dedos cara atrás o cara delante por el cuerpo del dardo, dependiendo del tiro que deseemos realizar. Por ejemplo, cogiendo el dardo un tanto más atrás de lo frecuente, y lanzándolo exactamente igual que el precedente, conseguiremos que este 2º dardo se clave justo por bajo el primero.
Para apuntar, debemos formar aproximadamente un ángulo recto con el brazo, de forma que la cola del dardo que tenemos en la mano quede aproximadamente a la altura de los ojos, y manteniendo la muñeca doblada cara atrás manteniendo el dardo en situación horizontal al suelo. La altura del brazo cambiará un tanto dependiendo del número al que vayamos a tirar, y de la talla del propio jugador.
La situación del cuerpo va a depender del número al que pretendamos atinar. Partiendo de la situación «base» o «inicial», es más recomendable pivotar (esto es, virar el cuerpo sobre el pié de apoyo), que moverse por medio de la línea de tiro. Sólo es recomendable desplazarse lateralmente por la línea de tiro en los casos en los que nuestro objetivo se encuentre «tapado» o bien obstruido por algún otro de nuestros dardos.
El lanzamiento he de ser consistente (que no fuerte), conque debemos procurar ejecutarlo con toda la confianza que podamos reunir, sintiéndonos seguros de conseguir nuestro objetivo. Esta seguridad en nosotros mismos en el momento del tiro representa un alto porcentaje del éxito o del descalabro que conseguiremos en el deporte de los dardos.
Estado mental antes del lanzamiento del dardo
En el momento del lanzamiento, además es recomendable, como en otros deportes de puntería y precisión, aguantar momentaneamente la respiración. Ayudará a disminuir al mínimo al máximo otros movimientos del cuerpo y va a aumentar nuestra concentración. Después solo debemos soltar el brazo y muñeca de una manera uniforme y muy frecuente, sin brusquedades pero con resolución, dejándolo extendido hacia nuestro objetivo incluso momentos tras que el dardo se haya clavado en la diana.
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- Para conseguir que nuestros tiros de dardo sean aproximadamente admisibles y los tres dardos consecutivos de una ronda no queden repartidos por toda la diana, debemos desarrollar una mecánica de lanzamiento, que debe llegar a ser tan repetitiva y además inconsciente como puede serlo el caminar.