
El rencor es como una loseta que nos impide sentirnos libres, felices y apacibles, una cuenta pendiente que no nos deja avanzar. Saber superar el rencor es una de las herramientas más útiles para dar un paso más en nuestro desarrollo personal y bienestar sensible. El rencor complica pasar página y mirar cara el futuro, genera un estancamiento en tu vida que hace que la mires de forma continua mediante un retrovisor, anclándote a un pasado doloroso del que no eres capaz de escapar.
Durante nuestra existencia padecemos y padeceremos innumerables agravios, ocasionados en su mayor parte por la imperfección inherente siendo humano, en consecuencia, es imposible evitar sufrir defraudes, abandonos, injurias, rechazos o injusticias. Si quieres liberarte de la esclavitud del resquemor y aprender de qué forma superar el rencor, en Sabioz.com te facilitamos las herramientas precisas para lograrlo.
Desahógate. Habla con las personas de tu confianza sobre de qué forma te sientes. Comparte con ellos tus sentimientos y emociones de venganza, dolor, impotencia o decepción que se encuentran atrapadas como un torbellino en tu interior. Deja que salga la saña y las lágrimas. No te las guardes dentro.
Hablar sobre nuestros sentimientos es terapéutico, solo eso hará que te sientas mucho mejor. No expresar nuestras emociones, al contrario, hace que sea más difícil digerirlas y procesarlas, lo que facilita que nos quedemos anclados en el rencor y el reproche.
Si puedes, habla con la persona que te ha hecho daño y explícale como te sientes. Recuerda que no ofende quien quiere, sino quien puede, conque en parte tu eres responsable de la relevancia que le das al agravio y de los sentimientos que este te provoca. Por eso, es esencial comenzar las oraciones en este género de contextos como «me ha dolido lo que me has dicho» o «me he sentido rechazado/a», en lugar de decir «tus palabras son atroces» o «me has rechazado».
Si no puedes conversar con la persona, puedes emplear una técnica muy recurrida en psicología consistente en imaginar que tienes a la persona delante, sentada en una silla. Siéntate frente a ella y exprésale todo lo que le afirmarías si estuviera de verdad ahí, con la contundencia que lo harías si fueras libre para decírselo.

Las personas somos imperfectas, conque has de saber que tú además has hecho daño a alguien aunque no hayas sido consciente de ello. Aceptar que tenemos defectos y que, en consecuencia, además el resto los tienen, es imprescindible para aprender de qué forma superar el rencor.
Los demás no siempre y en toda circunstancia saben de qué forma tratarnos, de qué forma querernos o cuáles son nuestras necesidades y anhelos. La comunicación es la herramienta de la que disponemos para expresar lo que queremos y que el resto puedan comprendernos. No podemos esperar que las personas sepan qué precisamos por el simple hecho de ser nuestra pareja, hijos, progenitores o amigos. Aunque al final todos somos similares, no todos tenemos las mismas necesidades, prioridades o esperanzas.
Es esencial aceptar nuestras imperfecciones y ser más indulgentes con nosotros mismos. Si lo somos con nosotros, además lo vamos a ser con el resto y podremos disculpar más sencillamente.
Mira cara delante. Busca una nueva meta en tu vida, una nueva ilusión. Eso te forzará a situar tu visión en el futuro en lugar de anteriormente, favorecerá que olvides y acelerará el proceso de perdón. Ayuda a tu mente a situarse en el presente y futuro para poder dejar ir las cosas del pasado que te han provocado dolor o resquemor.

Superar el rencor es realmente simple si aprendes a liberarte de la necesidad de venganza. Si das vueltas en tu cabeza a la idea de vendetta, no podrás olvidar ni disculpar. Aunque creas, equivocadamente, que vengarte te ayudará a ello, estás equivocado. Provocar dolor deliberadamente puede darte dicha pasajera, pero no te ayudará a crear en ti las herramientas precisas para poder vencer el rencor, en tanto que recurrirás a la revancha cada vez que te hagan daño. Eso solo te empequeñecerá como persona y generará en ti sentimientos hostiles con los que vas a deber convivir a lo largo del resto de tu vida.

Por último, recuerda que el resto son un reflejo de nosotros mismos. Si cada vez que te sientes humillado, ultrajado o herido recuerdas esto, el dolor será menor y estarás en el camino de superar el rencor. ¡Anímate!
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