Dar y percibir abrazos es un contacto primitivo y una forma de transmitir lo que sentimos cara el resto. Son una parte de nuestra vida rutinaria y nos sirven para expresar muchos sentimientos y emociones, así sea cariño, apoyo, alegría, deseo, complicidad, etc., pero además de esto nos reportan infinidad de beneficios que influyen de forma directa tanto en nuestro bienestar físico como mental. Si quieres conocer con detalle cuáles son los beneficios de los abrazos, no te pierdas el siguiente artículo de Sabioz.
Cuando nos abrazamos a alguien que nos agrada, el cuerpo segrega una sustancia llamada oxitocina la como está relacionada con la sensación de bienestar tanto físico como mental. Y es por este motivo que los abrazos asisten a sentirse bien y a transmitir una buena energía que acaba reflejándose en una mejora del estado de ánimo. Asimismo los abrazos resultan muy ventajosos para combatir el agobio, superar bloqueos mentales y recobrarse de sentimientos de añoranza o tristeza.
En este sentido, otro de los beneficios de los abrazos es que son un buen antídoto para superar la soledad, pues ofrecen un contacto físico que consiguen que las personas se sientan protegidas, sostenidas y comprendidas. Generan también un sentimiento de agradecimiento y favorecen la comunicación cariñosa y el desarrollo de la empatía. Todo ello es esencial para mejorar nuestras relaciones sociales y sentirnos sensiblemente más confiados y seguros.
Los abrazos suponen un contacto físico tan próximo y también íntimo que al darlos o recibirlos, nos deja sentir tanto la respiración como los latidos del corazón de la otra persona. Esto hace que sean ideales para estrechar vínculos, lo como se acentúa entre una pareja. En ella los abrazos, además de esto de ser un gesto de aprecio y cariño, provocan la liberación de dopamina que es una hormona que contribuye en el aumento del deseo sexual.
Algunos estudios incluso han revelado que percibir abrazos favorece la buena salud del corazón. Cada uno de los beneficios de los abrazos mentados anteriormente, dismuyen la presión arterial y el ritmo cardiaco y, por ende, el riesgo de sufrir de inconvenientes cardiovasculares.
Una vez sabido esto, ¿a qué esperas? Fúndete en un abrazo siempre y en toda circunstancia y cuando puedas y comienza a favorecerte de este contacto tan singular con esas personas que son esenciales para ti y que te rodean cada día.
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